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Los analistas de Freedom24 presentan su informe de previsiones económicas de este año para España, la Zona Euro y EE. UU., incluyendo las perspectivas del comportamiento de la bolsa
Las previsiones indicarían que para las economías de la zona euro, el crecimiento económico sostenido solo será posible con un enfoque global de las reformas, la mejora de las infraestructuras y el apoyo al capital humano. Los factores que afectarían al crecimiento incluyen la incertidumbre de la política comercial causada por los posibles aranceles estadounidenses, el debilitamiento de la economía china, y las dificultades estructurales de Alemania. Nuestro país, sin embargo, destaca como una de las regiones con perspectivas más optimistas, si bien el gobierno español también tendrá que hacer frente a retos estructurales como la escasez de vivienda, el envejecimiento de la población y las bajas tasas de actividad. Las inversiones en educación, formación e infraestructuras siguen siendo fundamentales para el crecimiento a largo plazo.
Por lo que se refiere a la economía norteamericana, se espera que este año 2025 pueda ser un ejercicio robusto tanto para la economía como para el mercado bursátil, resultado de una situación económica de crecimiento que no es ni tan alto como para generar tensiones inflacionarias, ni demasiado débil como para provocar una recesión. Uno de los riesgos principales será la incertidumbre asociada a la presidencia de Donald Trump. Atendiendo a diversos factores, la valoración general para el primer trimestre es «neutral». Por lo que se refiere a la renta fija, la recomendación de los analistas de la firma es la inclusión en la cartera de bonos a largo plazo con grado de inversión, incluidos los bonos del Tesoro estadounidense.
Perspectivas Zona Euro y España
La economía europea se enfrenta a una situación mixta en 2025: el crecimiento seguirá siendo moderado debido a los retos estructurales y externos. Se espera que la economía de la eurozona crezca un 1,2%, reflejando una débil recuperación del gasto de consumo y una continua presión sobre el sector industrial. Es probable que la inflación se estabilice en torno al 2%, apoyada por la bajada de los precios de los servicios, pero la dinámica global de crecimiento seguirá siendo frágil.
Los factores clave que afectan a las perspectivas incluyen la incertidumbre de la política comercial causada por los posibles aranceles estadounidenses y el debilitamiento de la economía china. Los retos de Alemania -el cambio demográfico, el declive industrial y la transición a los vehículos eléctricos- ilustran dificultades estructurales más profundas, que probablemente no se resolverán rápido. Mientras tanto, los países del sur de Europa, incluidos España y Portugal, deberían mostrar un crecimiento más sostenible, impulsado por la demanda interna y la mejora de la competitividad exterior.
La Eurozona en su conjunto se enfrenta a retos complejos. El lento crecimiento causado por deficiencias estructurales, como los cambios demográficos y el descenso de la productividad en una serie de sectores clave, exige un esfuerzo concertado por parte de los Estados miembros. Es probable que el Banco Central Europeo siga suavizando la política monetaria, pero esto no basta para solucionar los problemas a largo plazo, aunque sí puede bastar para sostener el mercado bursátil. Las inversiones en la economía verde, la mayor integración de los mercados de trabajo y de capitales y los enfoques innovadores del comercio y la industria serán motores fundamentales para mantener la competitividad de la región.
España: crecimiento impulsado por la demanda interna y la competitividad
Se espera que la economía española crezca por encima del 2% en 2025, impulsada por una sólida demanda interna, el aumento de los salarios y los elevados niveles de empleo. El descenso de la inflación y de los tipos de interés estimulará aún más el consumo y la inversión. Los esfuerzos para aumentar las energías renovables y una industria turística fuerte desempeñarán un papel importante en el apoyo a la actividad económica.
Sin embargo, persisten los riesgos. Los efectos de la DANA en Valencia han dañado el sector agrícola, y los posibles cambios en la política comercial de EE. UU. podrían obstaculizar las exportaciones. Además, el gobierno español tendrá que hacer frente a retos estructurales como la escasez de vivienda, el envejecimiento de la población y las bajas tasas de actividad. Las inversiones en educación, formación e infraestructuras siguen siendo fundamentales para el crecimiento a largo plazo.
A pesar de los retos a los que se enfrenta la economía de la eurozona, España destaca como una de las regiones con perspectivas más optimistas para 2025. Ha demostrado capacidad de recuperación gracias a una sólida gestión de la demanda interna, la inversión en energías renovables y la responsabilidad fiscal. Sin embargo, sus éxitos deben considerarse en el contexto de los retos estructurales y externos más amplios a los que se enfrenta Europa.
Para España será fundamental seguir desarrollando su industria turística y diversificar su economía. La sostenibilidad de la demanda interna y su apoyo a través del crecimiento de los ingresos reales y el empleo son puntos fuertes, pero los riesgos asociados a catástrofes naturales como las recientes inundaciones de Valencia, así como una posible ralentización del crecimiento del turismo debido a la incertidumbre mundial, requieren un enfoque proactivo. Además, abordar la vivienda asequible se está convirtiendo en algo esencial para la calidad de vida y para atraer mano de obra cualificada. España debe seguir invirtiendo en capital humano, innovación e infraestructuras para aumentar su competitividad en el mercado mundial.